26 de abril de 2016

Metro 2033 (Dmitry Glukhovsky)


Glukhovsky pertenece a la generación de autores que crecieron al calor de Internet, publicó a los 18 años su primera novela Metro 2033 en su propia página web y el proyecto se convirtió en un experimento colaborativo donde miles de lectores aportaban ideas a la historia. Esto supuso una novedad en el mundo de la creación literaria, el resultado, de forma inevitable es un poco caótico por la cantidad de fuentes de inspiración que convergen en la trama.

La novela está metida en este blog con calzador, ya que aunque se desarrolla en un entorno apocalíptico, aparecen extrañas criaturas y mutantes, el lector miedoso puede estar tranquilo ya que el terror brilla por su ausencia, en su lugar encontramos ciencia ficción.

La acción se sitúa en Rusia en el año 2033, una guerra nuclear ha devastado la superficie del planeta, los supervivientes han encontrado en el metro de Moscú su tabla de salvación. El joven Artyom tiene que cumplir una misión para proteger la red de metro, para ello tiene que viajar por la red subterránea donde va encontrando diferentes grupos de personas con distintas formas de pensar y actuar; cada estación representa nuevas amenazas y retos para Artyom.

La novela es monótona y su estructura repetitiva, los personajes no evolucionan y excepto el personaje principal el resto aparece y desaparece de la historia sin tener ningún protagonismo. La acción transcurre de forma caótica, sin orden, y el autor salpica cada estación con tediosas e innecesarias descripciones. El lector se encuentra perdido en un mar de túneles y al final lee los nombres de las estaciones por inercia, porque le da igual si está en Starmiskaya, Fuskimoskaya o Kievoskaya. 

Los diálogos son poco creíbles, la mayoría de las veces parecen monólogos o discursos preparados, si las personas reales no hablan de esa manera, ¿porqué los autores se empeñan en que hablen así en sus libros?. Ojo, que los que lo han leído en ruso opinan de otra forma, no vaya a ser que estemos ante un caso de mala traducción al inglés y español, no sería la primera vez que una traducción arruina el original.

El autor intenta hacer un refrito de religiones y creencias, mezclado con juicios de los sistemas capitalistas y comunistas. Todo ello cargado de tópicos muy trillados que no aportan puntos de vista novedosos. Mezclar en una misma lectura a los nazis, comunistas, satanistas, capitalistas, monjes, caníbales o mutantes es intentar abarcar demasiado, el resultado, como no podía ser de otra manera, apenas llega a profundizar en cada uno de ellos.

Al parecer los fans que en 2010 disfrutaron con el videojuego Metro2033, del cual dicen que es una obra maestra, y luego leyeron la novela quedaron un tanto defraudados, esperaban más.

Leyendo algunos comentarios de lectores americanos resulta gracioso que lo que menos les gusta del libro son las descripciones de todo lo que hace referencia al modo de vida ruso y sus costumbres, bajo mi punto de vista, ésta es la mayor aportación de Glukhovsky a la novela, el hecho de que él sea ruso aporta credibilidad a todas sus descripciones.

Para acabarlo de redondear las mejores tramas y escenas de acción quedan interrumpidas porque resulta que son sueños del protagonista, y al despertar vuelve a la monotonía de los oscuros túneles, dejando al lector decepcionado.

Nota:5/10

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