9 de diciembre de 2015

El príncipe de los infiernos (Robert McCammon)


El príncipe de los infiernos o Baal en la edición inglesa es la primera novela que Robert McCammon publicó allá por 1978. Después de leer "El canto del cisne" y otorgarle una de las mejores calificaciones en este mismo blog tenía curiosidad por conocer los orígenes literarios de este autor.

Lamentablemente ésta su primera obra no llega al mismo nivel de calidad que se esperaba, aunque no debemos sorprendernos por ello, porque el mismo autor descatalogó sus cuatro primeras obras, de alguna manera avergonzándose de ellas y reconociendo públicamente que no cumplían las expectativas de un lector medianamente exigente.

McCammon recurre a la figura del anti-cristo, una criatura fruto de una brutal violación (trama que anteriormente se había usado en otros libros del género)

El niño se autoproclama como el mismo Baal y después de terminar mal con sus padres acaba en un orfanato con otros niños a los cuales domina y maneja como piezas de ajedrez, no sólo a los niños, sino también a las monjas y curas que intentan mantenerle dentro de un orden sin lograr conseguirlo.

Baal escapa con sus seguidores y poco a poco va creando una aureola de maldad a su alrededor cuyo vórtice se centra en Kuwait. Los extraños acontecimientos de Kuwait saltan a las noticias y atraen la curiosidad de Virga, un profesor de teología interesado en las figuras mesiánicas que han ido apareciendo a lo largo de la historia.

Virga viaja a Kuwait con la esperanza de encontrar a Baal y averiguar que hay de cierto en su estatus de mesías, allí encuentra un panorama desolador y su vida corre peligro en el enrarecido ambiente de matanzas indiscriminadas que el régimen de Baal ha impuesto en su territorio.

Virga recibe la ayuda de Michael, un misterio hombre que parece conocer mucho acerca de Baal, y persiguen a Baal hasta Groenlandia nada menos, lugar inhóspito donde se ha ido a recuperar de un atentado sufrido. En esos remotos hielos ambos reciben la ayuda de Zark, una especia de chamán para los esquimales, y entre los tres se disponen a dar caza a la reencarnación del mal, Baal.

El planteamiento de la novela promete mucho, y está muy bien encauzado hasta que Baal abandona el orfanato, a partir de ahí la historia va degenerando, aparecen varios personajes secundarios y la acción se centra más en ellos que en el propio Baal, hasta desembocar en un final bastante forzado y poco creíble que deja un regusto de haber desaprovechado una buena idea germinal.

Nota: 6/10

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