6 de noviembre de 2015

Corazones perdidos (Montague Rhodes James)



Si podemos imaginar a un erudito lord inglés de finales de siglo XIX, experto anticuario, medievalista, restaurador, traductor, ensayista, arqueólogo, paleógrafo y pertinaz viajero, educado en el rancio abolengo académico de Eton y Cambridge, podremos hacernos una idea de la figura del escritor James Rhodes Montague.

Los relatos que se encuentran compilados en "Corazones Perdidos" constituyeron un mero pasatiempo para el autor, que escribía estas historias de terror por puro entretenimiento, quizá como descanso de sus trabajos más intelectuales. Paradójicamente este personaje pasó a la historia por sus "pasatiempos" más que por sus otros trabajos remunerados.

Admirador de Sheridan Le Fanu, llegó a decir de él que era muy superior a Poe. Mi opinión personal es que J.R Montague se guía más por la alcurnia y la clase social a la hora de decantarse por un autor favorito, está claro que no comulgaba con el estilo del americano Poe, y leyendo sus almibarados relatos adivinaréis porqué.

Los relatos de Montague recuerdan a las historias de acampadas nocturnas contadas al calor de una fogata, narraciones cortas de veinte minutos que comienzan casi todas con un enigma arqueológico enterrado o bien un antiquísimo libro perdido, luego dedica el noventa por ciento del relato exasperando al lector con detalles bastante irrelevantes, para acabar dando esa pincelada sobrenatural que queda suspendida en el aire como una pluma, y que daría pie a largo debate alrededor del fuego, pero que para un solitario lector el resultado es algo insulso. Aún cuando estemos hablando de literatura de hace un siglo, parece que Montague quiera rememorar tiempos aún más pasados y emular en mojigatería a los autores del siglo anterior.

Varias temáticas son recurrentes en sus relatos:

La fijación por las arañas gigantes peludas, ancestros de los actuales zombies:

"A primera vista sólo se ve una masa de pelo negro, tosco y desgreñado. Luego, uno descubre que bajo ese pelo se esconde un cuerpo de espantosa y casi esquelética delgadez, con los músculos pronunciados como cuerdas de guitarra. Las manos son de una palidez sucia, y están cubiertas, como el cuerpo, de largos pelos encrespados, y tienen forma de horribles garras. Los ojos, de un amarillo llameante y negrísimas pupilas, están clavados en el rey con una especie de odio bestial. Imaginad una de esas horribles arañas cazadoras de pájaros de Sudamérica en forma de hombre, dotada de una inteligencia casi humana, y podréis haceros idea del terror que inspira esa espantosa figura."
(Cita de El Álbum del Canónigo Alberico de Montague Rhodes James)

Los desmayos facilones:

"Entonces se volvió y pude verle la cara... una cara que yo no había visto nunca. Te lo repito: no estoy equivocado. Aunque por alguna razón no se la pude ver entera, sí le vi la parte de arriba; y la tenía completamente seca, con los ojos muy hundidos; y sobre los ojos, desde las cejas a los pómulos, tenía telarañas... unas telarañas espesas. Eso me dejó fuera de combate como suele decirse; y no sé más."
(Cita de El Tratado Middoth de Montague Rhodes James)

Sus demostraciones de erudición:

"Se detuvieron junto a la primera mancha, y se dispusieron a cubrirla de tierra. ¿Y qué ocurrió en cuanto lo hicieron? Pues que las moscas alzaron el vuelo formando una especie de nube espesa y se alejaron en dirección a la casa. Y el sepulturero (que era también el sacristán) se detuvo y le dijo a mi padre: «El Señor de las Moscas, señor»; no dijo más. Y lo mismo ocurrió en todas y cada una de las otras manchas."
(Cita de Una Velada Junto al Fuego de Montague Rhodes James)

¿ Curiosa cita del Señor de las Moscas medio siglo antes de que William Golding publicara su famosa novela ?, ¿ Leyó Golding a Montague ?. Error, se cree que Belcebú o Beelzebub deriva etimológicamente de "Ba'al Zvuv" que significa "El Señor de las Moscas", pero claro, eso Montague ya lo conocía.

No recomiendo la lectura del tirón de todos los relatos que componen este compendio, el empacho puede ser grande, son 31 relatos y a mi personalmente se me han hecho muy reiterativos, hasta el punto de querer abandonar la lectura, y a fe que a sí hubiera sido sino fuera por intentar cerrar esta entrada en el blog de forma coherente.

En definitiva, una obra que con los años ha envejecido mal, y que damos un aprobado raspado gracias a que Montague sin quererlo tuvo el honor de perfilar a los primeros zombies de la literatura de terror.

Nota: 5/10

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