28 de julio de 2015

Frankenstein (Mary Shelley)


Pongámonos en situación, año 1816, también llamado el año sin verano, Europa soporta temperaturas muy bajas debidas a una mínima actividad solar unida al invierno volcánico provocado por la erupción del volcán Tambora. ¿ Consecuencias ? Cosechas congeladas, gente helada de frío, hambrunas generalizadas. ¿ Buen momento para escribir una novela ?

¿ Porque no ? debió pensar Lord Byron quien tenía como invitados en su villa de Suiza a los Shelley (Mary y su marido Percy), y a su médico personal John Polidori, y para matar el tiempo ante el calentito fuego de la chimenea, después de enfriar los ánimos con algunas historias de fantasmas, retó a sus amigos a componer una historia de terror.

Así fue como nació el germen de Frankenstein, un gran clásico del terror gótico, y una de las primeras novelas en mezclar la ciencia con la ficción.

La idea en la joven mente de Mary Shelley (tenía 19 años entonces) fue tomando forma días después, al escuchar conversaciones de su marido con Polidori respecto de las nuevas investigaciones sobre Luigi Galvani y de Erasmus Darwin que trataban sobre el poder de la electricidad para revivir cuerpos ya inertes.

Dos años después el libro fue publicado.

Casi todo el mundo ha visto alguna versión en película de Frankenstein, todos recordaran la escena del molino, cuando una horda de gente con antorchas acorrala al monstruo para acabar con su vida; pues bien, lamento desilusionaros, pero esta historia no existe en el libro, es una de tantas manipulaciones del séptimo arte.

Por cosas como estas es por lo que recomiendo la lectura de los clásicos, la versión original siempre será diferente a la película, con otros matices, y lo más importante, con lo que verdaderamente el autor quiso expresar.

Mary Shelley no entra en los detalles de la creación de la criatura, pasa de puntillas sobre la ciencia, esbozando a grandes rasgos como el Doctor Frankenstein crea vida de la carne muerta.

"Era ya la una de la madrugada; la lluvia golpeaba las ventanas sombríamente, y la vela casi se había consumido, cuando, a la mortecina luz de la llama, vi cómo la criatura abría los ojos amarillentos y apagados."
(Cita de Frankenstein de Mary Shelley)

Una vez más las películas dibujan un monstruo víctima de su creador y sus circunstancias, en el libro al principio de la historia también es así, intenta hacer el bien, pretende integrarse en la sociedad, pero su repulsivo aspecto hace que sea rechazado allá donde vaya. 

Eso hace que la criatura tome conciencia de su situación y comience a cultivar su mente con una serie de libros que encuentra. La selección de libros que leerá el monstruo está hecha con un cuidado exquisito. Cada título está pensado para nutrir un aspecto determinado de la personalidad de la criatura. El Werther de Goethe le enseña sobre el amor; las vidas paralelas de Plutarco sobre las responsabilidades cívicas, el paraíso perdido de Milton sobre los designios de Dios para con los hombres.

Inevitablemente el conocimiento le lleva a la infelicidad, y la criatura comienza a exigir una serie de demandas a su creador.

"Lo que pido es razonable y justo; te exijo una criatura del otro sexo, tan horripilante como yo."
(Cita de Frankenstein de Mary Shelley)

Su creador tras varios titubeos deniega la petición a la criatura. Esto configura su amargamiento posterior, lo que no explica ningún film es la retahíla de muertos que deja a su paso con el propósito de que el Doctor Frankenstein le otorgue una compañera. Lo cierto, es que le hace la vida imposible, matando a una larga lista de familiares. Desde luego, la criatura del libro no es tan víctima como nos la han pintado.

El desenlace del libro se produce en el polo norte, nada que ver con molinos ardiendo, así que el lector tendrá que averiguar cual es el verdadero final.

Nota: 7/10